La leña como combustible en calderas de biomasa automática es una alternativa interesante para aquellos usuarios en zonas rurales que dispongan de buen acceso a este combustible.
La calidad puede ser muy variable, tanto en humedad como por su poder calorífico (que depende del tipo de madera empleada). La humedad suele variar entre el 20 y el 40%.
Generalmente se distinguen tres medidas para la leña: leños de 30, 50 y 100 cm. La medida más útil para calderas de leña suele ser los 50 cm.
Las calderas de leña deben de ir acoplados a un depósito de inercia para poder asegurar un correcto y eficiente funcionamiento del sistema.